Hay lugares que son tan especiales que se roban un espacio en la memoria al cual podemos ir cada vez que queremos para revivir la sensación que aquel espacion nos produjo en algún instante de tiempo. Algunos de ellos están allí por su belleza espectacular que nos impactan cuando nos encuentran. Entre ellos está el día que andando por Mérida Venezuela, me encontré con la Laguna Espejo en el camino que salía de la laguna de Mucubaji un Domingo de congreso, o la vista deslumbrante del mirador en el morro de la urca luego de unos 30 minutos de caminata, la recompensa lo amerita, o la cordillera con sus picos de nieve cuando viajas entre la paz y puno, o, uno de mis preferidos, el amanecer en Trindade caminando por la arena con algunos perros persiguiéndonos mientras andamos y mientras los pies descalzos se encuentran con las frias aguas que salen de los manantiales a encontrarse con el mar.
Otros lugares están allí por lo que representan, por ejemplo, la escena del primer amanecer en brasil visto desde el avión, con aquella línea naranja que divide el cielo entre un azul intenso y un dorado claro, o el primer domingo en el arpoador en una mañana de sol de mayo, sentada en la piedra con los pies hacia afuera y viendo como las olas se chocan ferozmente con las rocas, o los fuegos en copacabana en el 2008 y en el 2011, dos años de muchos cambios y de incertidumbres en la vida, dos años de un comienzo promisor.
Otros, son los más especiales de todos, por que nos recuerdan de donde somos, de donde venimos y de quien.. la reunión de la familia en navidad, las tortas de cumpleaños preparadas por la mamá, la primera salida a carritos con las amigas del cole, el primer beso, el primer cuento en la gallera, la graduación, en fin.
Qué grata estoy con la vida por tener tantos lugares, recuerdos y añoranzas para recordar y que viven en mi cabeza como si hubiera sido ayer.
