Después de pasar por un parto intenso, me propuse escribir sobre mi vision de esta bella, increíble y transformadora experiencia de convertirme en mama. Y digo convertirme pues de un dia para otro comencé a albergar en mi un frijolito que con apenas siete semanas ya tenía un corazoncito que se manifestaba en el ultrasonido diciendo: estoy aqui para ti. Pero no fue ahí que la historia comenzó. Todo comenzó cuando en un suenho, la vida me mostraba el espíritu de una bebe que Dios me estaba dando de regalo, el espíritu estaba sentadito en una silla azulita y sonriendo para mi, de la misma forma que Gabriela lo hace para mi todos los dias, cada vez que nuestras miradas se Cruzan, sea para alimentarla, jugar, dormir, despertar....
El embarazo es una de las experiencias más bonitas que una mujer puede vivir y en mi caso también una de las más desafiadoras. Los primeros meses fueron difíciles, las hormonas crearon un revolcón de emociones encontradas y de problemas estomacales... descubrí las náuseas permanentes y perdí unos 4 quilos en menos de 3 meses. Gracias a Dios todo mejoró en el cuarto mes y a partir de ahí, Gabriela comenzó a manifestarse en mi barriguita constantemente, a ella le encantaba moverse en el trabajo (especialmente cuando mandaba emails, estaba en entrenamiento, hacienda una presentación o en el medio de reunions), cuando iba a dormir, a las 3:30 de la manhana para comer y cuando me levantaba (media hora después la sentía). Durante 9 meses siempre estuve con ella junto a mi y esa es una de las mejores sensaciones que ya sentí.
A partir del cuarto mes, todo fue felicidad 100%, era un sentimiento diferente, una sensación de bienestar que no se compara con ninguna otra.. y a pesar de los calambres, acidez y hinchazo en los pies, amé esa fase. Hoy extranho los movimientos de Gabriela en mi barriguita y sé que cuando vuelva a trabajar, voy estranharlos aún más pues me voy a sentir solita nuevamente.
Compartiendo experiencias, dudas/miedos con otras amigas que estaban embarazadas también, decidí que quería parto natural. Por eso me asesoré lo mejor posible buscando una ginecóloga que trabajara con parto normal, haciendo las clases de Stephanie - parejas embarazadas, buscando apoyo de las parteras (doulas) del grupo parto ecológico, compartiendo informaciones con Cris, viendo varios documentales o películas sobre el asunto... Después de estas experiencias me convencí que quería un parto humanizado... No sabía si iba a ser capaz de resistir el dolor intenso de las contracciones, pero realmente queria intentarlo y conté con el apoyo de mi esposo, familia y amigos para hacerlo.
Voy a escribir mi experiencia propia de parto humanizado en otro post, contando mi vision de las 39 horas de parto que viví y que repetiría nuevamente, pero quiero cerrar este post diciendo que Gabriela vino a mi vida con 40 semanas y 4 días.
