Monday, April 15, 2024

Cuentan los que historias cuentan

Que una vez en un pueblo en algún lugar recóndito del olvido, estaba ella dormída en si misma, y mientras dormía viajaba hacia adentro a algún lugar donde las memorias se iban cuando ya no era posible guardarlas pues eran tantas y tan diversas que se mezclaban, se juntaban tomando otras formas y colores.  

Ella no sabía desde cuando estaba allí, ese era un lugar calmo, azul y blanco, como si fuera un cielo y ella pacíficamente, simplemente, existía sin pretensión ni motivo, sin preocuparse por el pasado ni el futuro, era apenas ese momento y ese instante, ni antes ni después.

Ella estaba em paz nesse lugar, mas por alguma razón, a veces se asomaba una voz que triste se lamentaba por no poder encontrarla.. ella no entendía pues estaba allá y no lo estaba al mismo tiempo pero era así, aérea y eterna y se sentía tan bien.

Un día reconoció su voz, era su hijo, se acordaba de él y se sintió tan feliz al reconocerlo y trajo su memoria y la colocó junto a su corazón para no perderla nunca más. Le prometió que aunque a veces pareciera que no lo reconocía cuando la llamaba, era solo acercarse y mirarle a los ojos que así, de esa forma se conectaría a su corazón y le diría cuánto ella lo amaba, ayer, hoy y siempre. Pues es así que las mamás aman a sus hijos, con todo su cuerpo, en el infinito, en cada célula y también en  silencio.

Para J.