Somos flojos o el calor y el polvo era tan tenaz que decidimos bajarnos del bus o debería decir "camión-bus", en la estación Rivero Tórrez que quedaba en la casi nada, debajo de un sol de medio día intenso, hambre, sed, moscas, tontez por tomar mareol, en fin. Alguien nos dijo que el bajarnos era una decisión sabia y que el tren de la muerte era nuestra solución a todos nuestros problemas, que llegaríamos antes que el bus y muuuuucho más cómodos. Nosotros convencidos de que habíamos tomado la mejor decisión nos pusimos felices y compramos chicha para celebrar y nos la tomamos junto con una pizza que trajimos de Corumbá y que muy amablemente la señora del restaurante del bus nos calentó. Con el paso del tiempo comenzaron a llegar niños y niños a la estación, cada uno con una comida más rica que la otra, yo me compré una arepa de queso, pues quienes me conocen saben que soy adicta a cualquier cosa que tenga este producto lácteo.. aproveché para preguntar a la niña a qué horas llegaba el tren de la muerte, a lo que ella muy sorprendida me respondió.. por qué de la muerte????, si es tren de VIDA. Fue en ese momento que descubrimos la importancia que tiene el tren en la vida de cada uno de los pueblos y de las ciudades donde hay una estación, gracias a el, muchas personas trabajan y estudian.. Así que de aquí en adelante pasaré a referirme al tren entre Puerto Quijarro y Santa Cruz como el "Tren de vida", aunque algunas horas después estaría a punto de arrepentirme de esto, pero eso será parte de otra historia, son las dos y el "Tren de vida" llegó!!!!
1 comment:
Well said.
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