Cae la noche y a pesar de 9 horas de trabajo contínuas no puedo parar.. es como si tuviera una fuente de energía inagotable, no quiero descansar, a pesar de que mis ojos están con sombreritos de dormir.. jeje.
A veces me pasa eso, en días de trabajo o de estudio intensos y productivos, mi mente no para, sigue a mil, incluso mientras duermo. Esa es una sensación un poco extraña y la verdad, prefiero no tenerla, pues con lo mucho que me gustan mis sueños, no quiero que ellos sean una prolongación del día y sí prefiero que sean una ventana donde puedo crear y jugar con escenarios y personas, algunas extrañas, otras no tanto.
Es tan bueno soñar y lo disfruto tanto!, especialmente cuando encuentro mares o lagos en el camino.. Adoro caminar por Ipanema en sueños, inclusive cuando se acercan olas de hasta 5 metros de altura y cubren parte de la ciudad, y escalo edificios para que el mar no me toque, mientras observo cielos con soles y lunas cuya mezcla resulta en colores amarillos, rojos y morados.
Puedo soñar lo que quiera y puedo quitar de mis sueños cosass que no me gustan y hasta parar y hacer un replay.. sí la vida fuera así sería más divertido.
A veces me pregunto cuál es mi vida real.. pues los sueños parecen tan reales y tan vivos que hasta podría jurar que puedo oler, sentir, palpar, probar... tengo mis dudas. No sé si duermo mientras estoy despierta y me despierto mientras duermo...
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