Jairo Aníbal Niño

Quien es no deja de ser, eso dicen siempre. Y en un día como hoy en los que la nostalgia de los cuentos me invaden, es inevitable recordar aquella loable tarea de contar historias que tanto me apasionó durante tantos años. Todo comenzó una noche cuando a mis cortos 16 y estando en mi primer semestre de la universidad, me encontré un cartel donde se invitaba al Primer Festival Latinoamericano de cuenteros y allí me apasioné por esa combinación perfecta de palabras que mal intencionadas encantaron mis oídos con historias como: La gatica de porcelana, los pajaros bobos.. y algunas decenas más. Fue en ese momento que me encanté con esta tradición milenaria de transmitir experiencias, sentimientos y añoranzas a través de los cuentos. Y fue en ese momento que redescubrí aquellas historias de niña y entre ellas al libro "Alegría de querer" de Jairo Aníbal Niño, y fue él quien me inspiró a escribir mis propias historias, aquellas que un día conté en la gallera en la Universidad en un concurso de cuentos y que me han regalado la sensación más hermosa que una persona pueda llegar a sentir, la sensación del cuentero sintiendo la transmisión de sus emociones a las personas a través de sus palabras.
Quien lo diría que aquel día en que las piernas me temblaban del susto, sería el mejor día de mi vida y que hoy me sentiría muy triste al saber que Jairo Aníbal Niño no nos encantará más con sus historias en este mundo, pero tal vez en el otro con seguridad continuará encantando a los angelitos con sus bellos textos que inspiran amor, alegría y ternura.
En el día de hoy quiero hacer un homenaje a Jairo Aníbal Niño y a todos los que en algún momento escribimos o contamos historias, haciendo de este mundo un lugar más colorido para vivir.