Era uma vez uma alma pequeñita y azul. Esta alma había llegado a su estado de alma sin saber muy bien por qué. Solo se dio cuenta cuando fue a lavar su rostro un día en la mañana y vio el agua atravesar sus manos. Ela era invisible, era líquida, era fluida, era azul.
Como esto era posible?, pensó ella mientras intentaba recuperar la calma en el medio de ese cuarto amplio de paredes blancas. Que había sucedido antes? Ella intentaba recordarlo pero no había nada.. talvez sus pensamientos habían desaparecido y ahora estaban desapercibidos, eran como un papel en blanco, vacío.
Después de tanta agitación se sintió cansada y se rindió al no saber quién era, porque restaba allí. Y entonces se acomodó en su cama y durmió, profundamente, con la esperanza de cuando se despertase, ella no fuera más así, tan invisible, tan diferente y todo volviera a su normalidad banal y material.
De repente, cuando estaba llegando Morfeu, se asomó en sus recuerdos la imagen de un árbol grande y frondoso, ella sentada debajo de él, disfrutando de su sombra en un día de abril. A los pocos se escuchaban unos latidos y un canino se acerba rápidamente.. y entonces ela durmió.
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