De repente ellas se escondieron y todo parece blanco, en calma, una calma tensa y al mismo tiempo leve.
Es así cuando de tiempos en tiempos las palabras desaparecen, se van juntitas a sacar unas vacaciones de mi y cogen sus cosas y se van, no se donde pero se van y yo me quedo aquí sin ellas, disfrutando de su silencio, admirando sin juzgar, apenas sintiendo y en el sentir dejándose guiar y respirar.
Ya estoy en el bus que me lleva a Açu.
Hora de parar.
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